TEMA: ECONOMÍA Y MOVIMIENTOS SOCIALES.
Las transformaciones económicas de la primera mitad del siglo XX produjeron otro cambio en la sociedad colombiana: la aparición del obrero urbano y rural. Este nuevo actor social, poco a poco empezó a organizarse y a participar en la política del país.
Artesanos y organizaciones obreras
Aunque a inicios del siglo XX se crearon bastantes industrias, el número de obreros frente a los artesanos era bastante bajo. Por lo tanto, el artesano, un trabajador manual calificado y dueño de su taller o lugar de trabajo, fue el principal encargado de dirigir las luchas y los movimientos sociales durante las dos primeras décadas del siglo XX. Para tal fin, los artesanos se organizaron con los obreros y fundaron asociaciones como la Unión de Industriales y Obreros en 1904 y la Unión Obrera Colombiana en 1913. A través de estas organizaciones, los artesanos les trasmitieron una tradición organizativa y combativa a los obreros.
Para finales de la primera década del siglo XX, el número de obreros frente a los artesanos aumentó. Esto hizo que los obreros relevaran a los artesanos en la dirección de las .luchas y movimientos sociales. Así surgieron asociaciones obreras como el Partido Obrero en 1916 y la Asamblea Obrera en 1919.
Características de los obreros
Durante la primera mitad del siglo XX, los obreros eran los trabajadores asalariados que laboraban en la trilla de café, el procesamiento de alimentos, los textiles, los cultivos de bananos, las petroleras y el sector de los transportes. Desde un inicio, la clase obrera estuvo compuesta por mujeres, pues ellas, eran las más contratadas en la industria textilera.
El obrero revolucionario
Las primeras organizaciones obrero-artesanales no tenían un carácter socialista o revolucionario, por lo general, buscaban el mejoramiento de sus condiciones de vida. Pero esta situación cambió en los años veinte cuando los obreros empezaron a conocer las ideas socialistas, anarquistas, marxistas y bolcheviques. Desde este momento, surgió en el proletariado la necesidad de crear, tanto organizaciones sindicales como partidos políticos de tendencia revolucionaria y socialista, que defendieran exclusivamente sus intereses. Es así como, en 1925, se fundó la Confederación Obrera Nacional, CON y, en 1926, su brazo político el Partido Socialista Revolucionario, PSR. Hacia 1929, el PSR se alió con un sector radical del liberalismo para intentar la primera revolución socialista en Colombia, la cual fracasó. Este hecho, causó una crisis dentro del PSR de la cual surgiría el Partido Comunista Colombiano (PCC).
Centrales unitarias de trabajadores
Luego de la experiencia fallida de la CON y del PSR, la clase obrera vio la necesidad de conformar una gran central de trabajadores que aglutinara al mayor número de sindicatos del país. Aprovechando el impulso reformista del gobierno de López y la legislación laboral expedida por él, obreros del liberalismo y del PCC formaron en 1938 la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC. Ocho años después, los jesuitas, con el apoyo del partido conservador, formaron la Unión de Trabajadores de Colombianos, UTC una central obrera de línea conservadora.
El conflicto social durante la segunda mitad del siglo XX
La organización de los obreros en sindicatos y partidos políticos, y las luchas por el mejoramiento de sus condiciones de vida y por la transformación de las estructuras sociales, trajo como consecuencia el enfrentamiento de aquellos contra las élites del país y en últimas, contra el Estado.
Durante los gobiernos conservadores, las huelgas de los trabajadores fueron duramente reprimidas y sus peticiones, poco escuchadas. Líderes obreros y campesinos, intelectuales y políticos simpatizantes de las luchas obreras y campesinas eran perseguidos y encarcelados. Este ambiente de intolerancia frente a los movimientos sociales y a sus protestas tuvo como máxima expresión la Masacre de las Bananeras, ocurrida e16 de diciembre de 1928.
Esta masacre tuvo como trasfondo la huelga de trabajadores de la United Fruit Company, iniciada en noviembre de 1928 en la región bananera del departamento del Magdalena. Los trabajadores solicitaban la abolición del subcontrato, el aumento de salarios y la eliminación del pago en bonos de compra. La compañía les negó el pliego de peticiones. El gobierno de Abadía, protegiendo los intereses de la United Fruit reprimió la huelga, mandando un contingente del ejército que abrió fuego contra una manifestación que se desarrollaba en la población de Ciénaga. El saldo fue de más de mil trabajadores muertos.
La agudización de los conflictos agrarios
Otro sector social que protestó para mejorar sus precarias condiciones de vida fueron los campesinos. Durante toda la segunda mitad del siglo XX, ellos también hicieron sentir su voz para exigir principalmente el cambio de la forma de tenencia de la tierra. Para la época, gran parte de la tierra cultivable estaba concentrada en pocas manos, entonces, los campesinos tomaron una serie de acciones tales como la invasión de predios para obligar al gobierno a democratizar la propiedad. Los diferentes gobiernos, en especial los conservadores, se alinearon con los terratenientes para impedir
estas acciones y perseguir a los campesinos que las realizaban.
El gobierno de López fue consciente de esta situación y para remediada, promulgó la Ley 200 de 1936. Sin embargo, esta ley tuvo un efecto contrario al esperado: los terratenientes, al ver que algunos colonos que vivían en sus tierras podían reclamar la propiedad sobre ella, decidieron expulsados. De-este modo, después de 1930, el conflicto agrario y la violencia entre terratenientes y campesinos aumentaron vertiginosamente y se convirtieron en una de las causas que engendraron el período de la Violencia.
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