TEMA: CONTINUACIÓN PLEBISCITO POR LA PAZ
OBJETIVO: reflexionar con los estudiantes de los grados superiores 9º, 10º y 11º sobre las razones para votar por el no al plebiscito por la paz y las razones para votar por el sí a la paz
ACTIVIDAD:
1. Se exponen las razones para votar por el NO al plebiscito por la paz y las razones para votar por el SÍ al plebiscito por la paz.
2. SE HACE DISCUSIÓN CON LOS ESTUDIANTES Y SE LLEGAN A CONCLUSIONES.
3. SE REALIZA TRABAJO CON LOS ESTUDIANTES, DONDE CADA UNO DEBE EXTRAER DE LA LECTURA DIEZ RAZONES DONDE JUSTIFIQUE EL SI O EL NO SEGÚN SU OPINIÓN Y JUSTIFICARLAS.
DOCUMENTO PARA LA REFLEXIÓN
Las razones para votar por el sí al plebiscito por
la paz
Con la convicción de que el plebiscito por la paz tendrá muchos más de
los 4,5 millones de votos que requiere para ser válido, el ministro del
Interior, Juan Fernando Cristo, explicó que no habrá una campaña oficial del
Gobierno en ese sentido.
Cristo, en entrevista con EL TIEMPO, aseguró que los ministros
recorrerán el país pidiéndole a la ciudadanía que respalde la refrendación de
la paz, pero advirtió que lo harán en el marco de las iniciativas que en ese
sentido tienen otros sectores, como los partidos políticos o las organizaciones
sociales. Dijo, además, que se mantiene la disposición a dialogar con la
oposición.
¿Cómo se prepara el Gobierno para
impulsar la campaña del plebiscito?
Confío en que la decisión de la Corte Constitucional contribuya a
acelerar el fin de la negociación en La Habana, para que, una vez se llegue al
acuerdo definitivo en los temas pendientes, al día siguiente el presidente
Santos pueda convocar al plebiscito. Con la decisión de la Corte, pues
obviamente el equipo de Gobierno va a salir por todo el país a pedirles a los
colombianos que voten y lo hagan a favor de esta posibilidad única que tiene
Colombia de ponerle fin a la guerra.
¿La campaña irá de la mano de las jornadas
de pedagogía que se preparan?
Campaña oficial del plebiscito no hay. Habrá muchas campañas
multiétnicas, multicolores, multipartidistas, muy amplias porque, como lo dijo
el presidente Santos en la instalación del Congreso, la paz es tan grande en
Colombia que no tiene dueño. Queremos que la oportunidad del plebiscito se
convierta en una posibilidad para que todos los colombianos se apropien de la
paz. Después de la firma del acuerdo final, los ministros expresaremos nuestras
opiniones y saldremos a donde nos inviten a explicar por qué es conveniente y
positiva la firma del acuerdo de paz.
Pero campaña como tal del Gobierno no hay; simplemente, entusiasmo muy
grande de todos los que acompañamos al presidente Santos por trabajar para que
haya una votación masiva a favor de la paz en Colombia.
¿El Gobierno colaborará con todas las
campañas que habrá por el sí?
Sí, a donde nos inviten iremos a explicar las bondades del proceso de
paz. Pero cosa distinta es la pedagogía de la paz, ya que la ley obliga al
Gobierno Nacional a que divulgue los acuerdos los últimos 30 días de campaña, y
eso ya se está trabajando. Claro que también vamos a cumplir sagradamente el
fallo de la Corte en el sentido de que esa pedagogía no puede servir para
orientar el voto del ciudadano. Será una pedagogía para divulgar el contenido
de los acuerdos de paz, no para pedir el voto por el sí.
El propio Gobierno reconoce que en la
pedagogía es en lo que más se ha fallado...
Va a ser muy importante, cuando se firme el acuerdo definitivo, que ya
no habrá posibilidad de que se sigan diciendo mentiras o verdades a medias
sobre los acuerdos de paz. Será la hora de la verdad, porque los colombianos
conocerán hasta la última línea de lo pactado con las Farc. No habrá
posibilidad de que los detractores del proceso sigan inventando tantas
calumnias e infamias, como lo han hecho estos años.
¿Se mantiene la disposición al diálogo
con la oposición?
Siempre estará la intención de dialogar. Lo que queremos es que los
colombianos voten favorablemente por la paz, que podamos hacer una campaña
tranquila y tolerante, sin descalificaciones, sin estigmatizaciones, haciéndole
ver a la gente la importancia que tendrá esta decisión para el país. Se trata,
ni más ni menos, que del fin de las Farc; la gente votará por el fin de las
Farc como grupo armado en Colombia y su transformación en un movimiento
político civil y sin armas, sin violencia. Eso es un cambio que no alcanzamos a
dimensionar todavía, pero es lo que queremos que los ciudadanos vean.
¿Pero esto abre la puerta a un diálogo
formal?
Creo que una vez votado el plebiscito y ratificado el acuerdo de paz,
tenemos que seguir buscando el diálogo con la oposición para la construcción de
la paz, para la implementación de los acuerdos, para el trámite de las normas.
Me resisto a creer que no podamos encontrar puntos de coincidencia con la
oposición del Centro Democrático.
El senador Álvaro Uribe dice que
estaría dispuesto a sentarse con las Farc y el Gobierno si aceptan reabrir
temas de algunos acuerdos. ¿Eso es viable?
Imagínese a estas alturas pensar en reabrir la negociación...
¿Cuándo se votaría el plebiscito?
Depende de la negociación, porque mientras no haya un acuerdo
definitivo, no se podrá convocar al plebiscito.
Esperamos que la decisión de la Corte acelere las negociaciones en La
Habana, para que los colombianos puedan votar antes de que termine septiembre
por el sí o no al fin de la guerra en Colombia.
¿Y cuándo se radicarán en el Congreso
las leyes que desarrollan los acuerdos?
Al día siguiente de que se vote el plebiscito se presentará un paquete
muy importante con las reformas constitucionales, leyes estatutarias y decretos
legislativos necesarios para poner en marcha los acuerdos e implementar el
posconflicto.
¿En qué consiste ese paquete del que
habla?
El Gobierno está preparando en los distintos ministerios y entidades
todos los proyectos de reformas constitucional y de ley que se desprenden de
los acuerdos de La Habana. Estamos definiendo todo lo que se necesita presentar
y estamos trabajando, y hay interés del Gobierno para eso, para que una vez se
vote el plebiscito, al día siguiente estemos presentando al Congreso ese
paquete para que comience, mediante el procedimiento legislativo especial, el
trámite de todas estas iniciativas que se requieren para desarrollar los
acuerdos de paz.
Las razones para votar por el no al plebiscito por
la paz
Si bien el Centro Democrático todavía no define si apoya el no o la
abstención en el plebiscito por la paz, el senador Iván Duque –uno de sus
legisladores más representativos– le dijo a EL TIEMPO que la colectividad debe
ir a las urnas a rechazar lo pactado con las Farc.
¿Por qué votar por el no en el
plebiscito refrendatorio?
El Gobierno siempre habló de referendo cuando empezó el proceso, e
incluso modificó la ley para que se pudiera hacer a la par con las elecciones
ordinarias. El Gobierno ha querido que el plebiscito sea un todo o nada. Ahora,
el mismo Gobierno se echó para atrás porque siempre habló de un referendo. Al
poner esto en un todo o nada, hay muchas claudicaciones del Estado que están
contenidas en los acuerdos y que ameritan decir no en defensa de los principios
de legalidad. ¿Como cuáles? Que los máximos responsables de crímenes de lesa
humanidad, los máximos comandantes de las Farc, participen en unos eventos
pedagógicos para que no paguen cárcel.
¿Qué otras molestias tiene el uribismo?
Que se les permita la elegibilidad política a esos máximos responsables,
cuando la Constitución lo prohíbe expresamente. También, que no hay
herramientas claras para perseguir la fortuna de las Farc y con ella reparar a
las víctimas. Y está claro en el acuerdo de justicia que delitos como el
asesinato de soldados serán conexos con el delito político.
El uribismo habla de trampas para
facilitar el plebiscito y el proceso, pero son reformas que hizo el Congreso en
el que usted está...
La primera trampa es bajar el umbral, que no es una trampa al Centro
Democrático, es una trampa a la abstención. Al bajar el umbral al 13 por
ciento, la abstención solamente ganaría si tiene un nivel superior al 87 por
ciento, lo que nunca se ha dado históricamente. Segundo, logramos aprobar en el
Senado que el financiamiento de las campañas del sí y del no fuera público,
porque no es lo mismo salir a pedir recursos a nombre del Gobierno que hacerlo
con el Gobierno intimidando a la oposición. Queríamos que las campañas fueran
austeras, pero después la Cámara tumbó eso. Y, entre otras cosas, se está
permitiendo que todos los funcionarios públicos hagan campaña. Todo esto le
resta legitimidad al plebiscito.
¿Usted es partidario de votar por el
no?
Una paz mal diseñada, que deje vacíos que debilitan al Estado frente a
la criminalidad, va a engendrar nuevas violencias. Este Gobierno ya está en un
periodo agonizante y lo que mal quede acordado lo tendremos que vivir todos los
colombianos. Por eso pedimos que nuestras observaciones sean tenidas en cuenta,
pero si no, pues tendremos que ir a votar no. Hay que aclarar que el no, no es
apología una de la guerra y que el sí tampoco es la construcción inmediata de
la paz. Aquí lo que se va a discutir es si los acuerdos que se están
presentando están bien o mal diseñados.
Si gana el no, no habría proceso de
paz. ¿Ustedes también aceptan eso?
Si el Gobierno quiere poner esto entre paz y guerra, pues lo está
haciendo el Gobierno; nosotros lo que estamos pidiendo es que en los acuerdos
se corrijan varios elementos que lo único que hacen es deteriorar la
institucionalidad y al Estado.
Se ha ido formando una idea de que
ustedes los uribistas quieren la guerra...
Yo discrepo de ese enfoque, porque mayoritariamente las personas han
entendido cuáles son nuestras objeciones, que están respaldadas por la
conciencia colectiva de los colombianos. Por lo que hay que empezar, y en lo
que el Gobierno debe dar ejemplo, es que si se quiere que el debate enriquezca
la democracia, tiene que eliminar el maniqueísmo de decir que él no es la
guerra, porque esa es una simplificación muy peligrosa y que puede terminar
sembrando odio. Lo que decimos es que este proceso tiene fallas.
¿La polarización también ha llegado a
esto porque Uribe y Santos lo plantearon en términos personales?
Pienso que llevar esta discusión simplemente a un tema personal entre
Santos y Uribe es banalizar una discusión que trasciende a los líderes
políticos. Hay muchas personas que piensan que si Uribe hubiera decidido
aceptar todo lo que está en los acuerdos, también lo habría aceptado la
población que sigue al uribismo. Creo que eso es irrespetuoso con esa
población. Hay muchos colombianos que tienen un sentimiento por esos acuerdos
que se siente interpretada por nosotros; eso no quiere decir que si nosotros
cambiamos de punto de vista, esas personas lo vayan a hacer. No se trata de Uribe
y Santos, ni de si Uribe y Santos se encuentran y toman tinto. Seguramente el
día que haya elecciones, habrá personas que no son uribistas o del Centro
Democrático que legítimamente van a ir a marcar no, porque para ellos está por
encima la defensa de la legalidad frente a las concesiones que se les han dado
a las Farc.
La paz será tema de la campaña
presidencial del 2018. Usted ya es precandidato...
Creo que el tema del plebiscito debe estar al margen de las discusiones
políticas dentro de los partidos. Creo que la decisión que tome el Centro
Democrático no puede ser en favor de uno u otro precandidato; tiene que ser una
visión de partido en defensa del interés nacional. El debate del plebiscito lo
debemos dar con argumentos y no pensando en los proyectos políticos personales.
¿Cree que el no puede ganar en las
urnas?
Hay ciudadanos que se sienten con coraje para defender al Estado, sobre
todo en algunas de las concesiones más graves que se les han dado a las Farc.
Los mensajes más importantes del no son decirles a las Farc que ser pillo no
paga, y que decir no, no es aplaudir la guerra sino pedir que negociemos una
paz digna y con legalidad.
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